Cada vez compruebo como más comercios están iniciando, o lo han hecho ya hace tiempo, su andadura en las redes sociales, desde la omnipresente Facebook, Twitter y algunas incluso han dado el salto a Foursquare. Lo cierto es que hoy día es innegable que tener una presencia en las redes es fundamental, ya que las relaciones sociales que se están generando en torno a ellas lo hace necesario. Pero, siguen siendo siendo aquí también las grandes marcas las que pisan fuerte, debido a que tienen un equipo de profesionales detrás que lo posibilitan.
No obstante, estas herramientas, bien utilizadas pueden dar múltiples beneficios al pequeño comercio que hasta ahora ha sido anónimo. En contra de lo que pueden ofrecerte las grandes marcas y centros comerciales, el pequeño comercio siempre ha tenido consigo la baza de aportar personalización en el proceso de compra. Ventaja ésta que se vuelve aún más necesaria en época de crisis. Los clientes van a ser más proclives a la compra si ven en ello una satisfacción superior al posible remordimiento generado por el gasto. Hay que apelar pues a los sentimientos: sentirse diferente por comprar esto o aquello, establecer verdaderas relaciones con los clientes,... Es decir, todo aquello que nuestras generaciones anteriores conocían a la perfección antes de que desembarcasen los grandes centros comerciales, cuando compraban en la tienda de ultramarinos de la esquina. Se pasó de la singularidad en el proceso de compra a la masificación, y compra compulsiva.
No obstante, es cierto que el modo de vida que llevamos nos sigue impulsando a realizar nuestras compras a los hipermercados, donde al fin y al cabo puedes realizar desde la compra semanal hasta la ropa, zapatos, o ese regalo que tienes que comprar a tu sobrina por su cumpleaños y que has dejado para última hora. Pero eso sí, nos sigue faltando algo, ese trato diferencial en el que conocen tu nombre, te preguntan por los niños o te saben aconsejar sobre esto o aquello.
En este sentido, las redes sociales se pueden convertir en el gran aliado del pequeño comercio a la hora de salvar esa desventaja frente al centro comercial. Pueden volver a ganar gran parte de ese terreno perdido en sus relaciones con los clientes, generar conversaciones con ellos, informándoles sobre eventos del barrio, o sobre sus promociones. Aparte de Facebook, instrumentos de geolocalización que vertebran redes como Foursquare, se hacen sumamente interesantes. Ya que nos permite saber dónde se encuentran nuestros posibles clientes y ofertarles promociones en tiempo real. De hecho, puede convertirse en una herramienta muy poderosa en zonas de ocio dentro de las cascos urbanos (locales de moda, tabernas, tiendas de ropa y complementos,...), fomentando el turismo y desarrollo local.
Nos permiten pues hacer lo mismo que hacía el tendero del pueblo, pero llegando a más gente.
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